Publicado el 27 de julio de 2021
No sé qué me pasa últimamente que sólo hablo de los 90 en este blog. Y ahora le ha tocado el turno a las famosas y clandestinas fotocopias de Dragon Ball que circulaban de colegio en colegio y que se perseguían como si de lingotes de oro se tratase. Vamos. Tú ponías una fotocopia en blanco y negro de Goku, a poder ser de Dragon Ball Z, en la puerta de un colegio y se producían auténticas carnicerías entre los chiquillos por conseguirlas.
¿Pero cómo era todo esto posible? ¿Unos dibujos en papel normal y en blanco y negro? Pues sí. Y tiene su explicación.
Escasez de Merchandising oficial de Dragon Ball
Dragon Ball comenzó a emitirse en España sólo en las televisiones autónomicas a finales de los 80, o sea, en el 1989 o por ahí. Enseguida llamó la atención la serie por no ser los típicos dibujos animados a los que estábamos acostumbrados los niños. El número de fans crecía de día en día, pero a pesar de eso no existía el más mínimo merchandising de la serie.
Vamos, que no existía ni el más mísero cromo, por lo que nos teníamos que conformar con hacer dibujos a mano o calcados directamente de la televisión. Y por esta razón también surgió el trapicheo de fotocopias del manga original que alguien se había traído de Japón.
Pues sí, había chavales que llevaban al cole carpetas enteras de fotocopias de Dragon Ball en blanco y negro para intercambiarlas con otros congéneres y éstas corrían de mano en mano como la pólvora.
No fue si no hasta finales de 1991, que se empezó a comercializar la serie en España. Creo que lo primero que salió fue el álbum de cromos de DB Z de Panini. Y después las horribles postcards de Ediciones Este, que también se vendieron como churros a pesar de su dudosa calidad y procedencia.
Conclusión
Historias que hoy en día difícilmente se puedan volver a repetir, ya que la llegada de Internet lo cambió todo. Podéis leer más de esto en ION-LITIO.
También podéis leer el post que le dedico a las cintas de Dragon Ball.